Usar la definición de diccionario para enseñar la empatía no es una buena solución. Lo mejor para explicar las emociones son los ejemplos prácticos. En situaciones reales en las que ellos son los protagonistas y puedan entender.
En nuestro día a día como padres se suceden muchas ocasiones en las que podemos aprovechar para enseñar la empatía a nuestros hijos. Sobretodo en aquellas casas en las que hay hermanos, o en cuanto se encuentran interactuando con amigos.
La falta de empatía en el «y tú no…»
Seguro, seguro que has oído a tus hijos decir el «y tú no» a algún amigo, o a sus hermanos. Es un modo fácil de comprarse en el que pretenden «presumir» de algo, ante el otro.
- «Me ha dicho el profesor que dibujo muy bien… y tú no.»
- «Tengo un balón nuevo… y tú no.»
En primer lugar, explícale al pequeño que, utilizando la expresión «y tú no» está haciendo sentir mal a su compañero.
Demuéstraselo con un ejemplo que pueda recibir en primera persona. Puedes usar la misma frase hacia él o ella, para que entienda cómo se ha sentido su amig@. Pónsela con un ejemplo a su medida. Enseguida entenderá a lo que te refieres con lo de «empatía».
En segundo lugar puedes destacar que no sólo no consigue que se alegren por él o ella, o por sus logros, sino más bien al contrario. Que sientan recelo, o rabia, y prefieran no ser sus amigos. Con ello, a la vez, le estás dotando de una nueva dosis de inteligencia emocional.
Aprovecha las oportunidades del día a día para enseñar la empatía
La empatía, el respeto u otros valores son emociones con las que no se nace, se tienen que aprender.
No pienses que es algo que tu hij@ hace porque es pequeño y que lo aprenderá de mayor. No dejes pasar las oportunidades que se dan en el día a día, de las que seas testigo, para convertirlas en pequeñas lecciones de vida.
Recuerda que puedes consultar aquí todos nuestros artículos de consejos para padres.
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