Ante cualquier caso de acoso escolar, lógicamente la atención se centra siempre sobre la víctima, y pocas veces nos planteamos qué ha llevado al agresor/a a desarrollar su comportamiento violento.
¿Por qué tu hij@ es el responsable de una situación de acoso en su aula? ¿Quieres evitar los efectos negativos que el uso de la violencia pueda depararle en el futuro?¿Cómo puedes ayudarle?
1| PREVENIR
1 | PREVENIR LA AGRESIÓN
¿Cómo evitar que mi hijo sea al agresor en una situación de bullying?
Los padres debemos tomar conciencia acerca de la necesidad de educar a nuestros hijos en valores, para que aprendan, desde pequeños, cómo deben comportarse en sociedad. La educación en valores sociales debemos darla desde casa. ¿Cómo? Os damos alguna ideas:
- Fomentar la comunicación diaria. Hablar, hablar y hablar (sin interrogar) con nuestr@s hij@es es lo que nos permitirá conocerles y saber qué está pasando, y cómo crecen día a día. No podemos permitirnos «no conocer cómo son nuestros hijos».
- Cuidado con el Síndrome del emperador, o del niño tirano. Los continuos avances tecnológicos, el acceso inmediato a la información y el ritmo atroz de vida que estamos adoptando, nos está acostumbrando a la búsqueda del éxito individual, fácil y rápido por encima del resto. Todo esto, junto con una excesiva sobreprotección, permisividad y ausencia de autoridad, nos está llevando a convertir algun@s niñ@s en pequeños «tiranos», con insensibilidad emocional, con dificultad a desarrollar sentimiento de culpa, sin responsabilidad ante el castigo y que responden con ataques de ira ante sus frustraciones.
Puede llegarse al extremo en que se invierten los roles y llegar a ser los niños los que acaban dominando a sus padres.
- Enseñar a expresar sus sentimientos, sin rabia. Al hilo del anterior apartado, podemos enseñar a nuestros hijos a expresar sus sentimientos, sus contrariedades y a exigir sus derechos de forma no violenta. De este modo sabrá reaccionar de forma pacífica ante cualquier imprevisto. Sobretodo deberemos dar ejemplo de ello en nuestro hogar. No hace falta ni comentar que los niños replican fuera las actitudes que viven en su casa.
- Enseñar a empatizar es posible. Podemos aprovechar un cuento, una película, o nuestras propias experiencias en el trabajo o en casa, para explicar a nuestros hijos cómo se siente el protagonista de una determinada situación, o porqué reacciona de una manera u otra. Es interesante hacerles poner en el papel de la víctima ante situaciones violentas y que expresen cómo se sienten. ¿Cómo se sentiría si se rieran de él, o le insultaran o pegaran?
- Y lo más importante, tolerancia cero ante actitudes violentas. Por defecto, al nacer, carecemos de la capacidad de socialización, por eso es necesario que, desde bien pequeños, enseñemos a nuestros hijos, en un lenguaje comprensible y claro para ellos, que no se tolerarán actitudes violentas, ni con hermanos, ni con familiares, ni con sus compañeros.Explícales que las actitudes violentas tienen consecuencias negativas (que acabarán sin amigos, que no serán respetados por sus compañeros, etc.), y lo que significa respetar a los demás.En el núcleo familiar deben evitarse y, en caso de existan, cortar de inmediato, las peleas y el maltrato, los gritos, insultos y faltas de respeto.
2| DETECTAR
2 | DETECTAR LA AGRESIÓN
¿Está mi hij@ acosando a alguien en el colegio?
Aunque cualquier niñ@ puede comportarse de forma agresiva en alguna ocasión, no es fácil detectar que un joven está acosando a otro, puesto que habitualmente ambos lo mantienen silenciado, y siempre sucede en ausencia de adultos. Aún así, existen numerosos patrones de conducta habituales que nos permiten detectar si nuestro hijo agrede en su colegio:
- La primera señal de alerta te llegará desde el colegio. Hay que estar atent@ a los mensajes que se reciben. Es importante que no vanalices los mensajes críticos, o duros, que recibas de tu hij@ desde compañeros, o desde el colegio. Hay que tomar en consideración los mensajes de alarma. A menudo los padres no somos conscientes del problema, o nos cuesta mucho serlo, por el mero hecho de que queremos a nuestros hijos.
- ¿A vuestro hij@ le falta empatía? Lo detectarás si muestra una actitud cruel con algún compañero, y no se siente mal por ello. O si le resulta totalmente indiferente que algún compañero lo pueda estar pasando mal. A menudo realizan comentarios despectivos hacia alguno de sus compañeros, e incluso se jacta de ellos. ¿Es capaz de ponerse en el papel de la víctima? ¿Se siente mal?
- Autocontrol ante la frustración. A edades muy tempranas, hasta los 4 o 5 años, los niños suelen reaccionar con rabietas ante las contrariedades, pero de allí en adelante deben empezar a ser capaces de controlarlas. Los niños con actitudes agresivas suelen reaccionar con ira y rabia incontroladas ante las adversidades. Suelen ser caprichosos, poco tolerantes y exigentes con sus padres.
- El niño acosador suele manifestar exaltación del modelo social basado en la sumisión y el dominio. Con comentarios racistas o discriminatorios en casa, o hacia cualquier compañero, acompañados de una exagerada exaltación de su persona.
- ¿En el fondo, tiene baja autoestima? ¿Cómo se ve tu hij@ a sí mismo? A menudo, el sentirse diferente, o peor a sus compañeros en algún aspecto determinado, puede llevarle a pensar que demostrando poder físico sobre el resto, le hará sentirse respetado.
- ¿Cómo es la relación con sus superiores en el colegio? ¿Y su rendimiento escolar? Debemos prestar atención a la consideración que nuestro hijo manifiestan de sus profesores. ¿Es excesivamente despectiva y presenta verdaderas dificultades para asumir las órdenes de un maestro, o de las normas del colegio? Además, es habitual que el acosador escolar presente un bajo rendimiento escolar.
- Llamada de atención. ¿Estáis pasando en casa por alguna situación que esté provocando una falta de atención sobre vuestro hij@? Hay niños que reaccionan agresivamente al tener que afrontar una situación difícil inesperada, como puede ser el divorcio de los padres, o la pérdida de un familiar o persona cercana. Conseguir captar la atención de los padres, aunque sea mediante actos agresivos, es su objetivo y su premio.
- Aparece en casa con cosas que no son suyas. Es posible que le haya quitado material escolar, o dinero, a algún compañero. ¿Te sabe dar explicaciones acerca de cómo lo ha conseguido? Los signos son evidentes.
- Por último, los niños que son víctimas de maltrato en sus hogares, o lo viven aunque sea en tercera persona dentro de sus hogares, es probable que reaccionen de igual manera contra sus compañeros, con el objetivo de trasladar su ansiedad y humillación.
3| ACTUAR
3 | ACTUAR CONTRA LA AGRESIÓN
¿Cómo puedo ayudar a mi hij@ si es agresor de bullying?
- ACEPTARLO. En primer lugar, y lo más complicado, es aceptarlo. A los padres nos cuesta reconocer cualquier comportamiento censurable ante los demás en nuestros hij@s. Es más, aunque sepamos que puede ser cierto, nuestra primera reacción siempre será la negación, o el desviar la culpa hacia otras personas. No podemos ignorar la situación.
En definitiva, cuanto antes nos demos cuenta y asumamos lo que sucede, y valoremos el grado de implicación de nuestr@ hij@, antes empezaremos a resolver el problema.
- HABLAR. Debes ser capaz de establecer un canal de confianza con tu hij@, en el que se sienta apoyado y comprendido. Sin recriminaciones ni castigos. Pregúntale acerca de su comportamiento y escúchale. Debe sentir que se le escuchará sin ser juzgado. Debes demostrarle firmemente que desapruebas su conducta, pero que sigue siendo lo más importante para ti y que le quieres. Manifiéstale que vas a ayudarle y las cosas cambiarán.
- FIRMEZA. Es importante que el menor entienda que en su núcleo familiar no se tolerarán jamás los comportamientos agresivos, ni dentro ni fuera de casa. Que no existirán excusas, mentiras ni se justificará la violencia bajo ningún concepto.
- COLABORACIÓN CON EL COLEGIO. Será de vital importancia cooperar con el colegio. Escucha todo lo que tengan que explicarte, acepta las críticas y pacta una estrategia para abordar el problema de manera conjunta. Es recomendable solicitar la ayuda del psicólogo o terapeuta del colegio, para plantear una pauta de actuación inmediata a seguir con los maestros y en casa. Mantén una comunicación continua con los profesores de la evolución y los avances de tu hij@.
- INVESTIGAR. Debes descubrir por qué tu hijo se comporta cómo un agresor. ¿De dónde aparece su conducta agresiva? Los niños no son agresivos por naturaleza. Debe existir una causa por la que tu hijo reaccione de forma violenta. Conoce a sus amigos. ¿Los tiene? ¿qué actividades realiza en su tiempo libre? Pregunta a los profesores encargados del recreo, del comedor, etc. Conoce los detalles del día a día de tu hij@.
- DESVIAR LA AGRESIVIDAD. Debes enseñar a tu hij@ a controlarse ante determinadas situaciones. Puedes recomendarle alejarse del grupo en el momento en que siente que pierde el control. ¿Existe algún lugar, o persona, a la que puede acudir en el colegio cuando se sienta nervios@?
A menudo se anima a los niños con comportamientos agresivos a canalizar su rabia, de forma positiva, mediante un deporte de competición, o a través de la música, o cualquier otra forma de expresión artística.
- HUMILDAD. Es lo que más cuesta. Debemos ser capaces de hacer entender a nuestr@ hij@ que su comportamiento no ha sido correcto, que debe asumir la responsabilidad de su error, y que le haría sentirse mucho mejor, a él, y a la víctima, si pide perdón por sus actos, y muestra la intención de no querer volver a cometerlos.
- REFUERZO POSITIVO. Será de vital importancia reconocer los pequeños cambios en positivo que vayamos notando en nuestr@ hij@. Felicítale y anímale que siga en esa dirección. Se sentirá bien consigo mismo y con ganas de avanzar en el buen camino.